Es un dispositivo artificial que reemplaza una parte del cuerpo que se ha perdido, está desfigurada o malformada.
Todas las prótesis sufren un desgaste normal con el uso y según el tipo de sustancias con las que entre en contacto. El tiempo de vida útil promedio es de 2 años, este tiempo puede ser menor o mayor según el cuidado que se le brinde.
Las prótesis se realizan en pacientes de cualquier edad, sin importar el tipo de malformación o amputación presente, es un recurso ideal para pacientes que no pueden ser sometidos a cirugía reconstructiva.
Dependiendo del tipo de amputación u órgano que se haya perdido, la colocación puede ser inmediatamente después de la cirugía o se debe esperar la total cicatrización y desinflamación de los tejidos.
Básicamente se utilizan 4 métodos de retención:
Anatómica, haciendo uso de los tejidos presentes.
Presión negativa: la prótesis tiene un mecanismo de succión que permite su adhesión.
Adhesivo: utilizando un pegamento de grado médico que mantiene unida la prótesis a la piel. Implantes osteointegrados: son aditamentos de titanio unidos al hueso, que permiten mantener unida la prótesis a la piel con una retención extremadamente fuerte.
Todos los materiales que se utilizan son de grado médico, es decir, no causan ninguna reacción en la piel o mucosas.
El objetivo final de utilizar una prótesis es que los pacientes puedan llevar a cabo todas sus actividades diarias sin ningún inconveniente.
Son pequeños tornillos de titanio que se colocan dentro del hueso, los cuales permitirán sujetar las prótesis en su lugar con una retención extremadamente fuerte.
El mejor tipo de retención es diferente para cada tipo de paciente, según la amputación o malformación que presente, aunque en la mayoría de los casos la opción ideal es mediante implantes osteointegrados.